Pablo Mariano Ariel: ¿Queremos Pan y Paz? ¡Que devuelvan las riquezas!

Casita de María-Ciudad de la Gloria, Mendoza-La Santa y Nueva Argentina, 8 de junio de 2011

Muchachos y muchachas, hablemos sin tapujos. La situación está que explota en todos sentidos; ahora hablemos de lo que se conoce comúnmente como la “inseguridad”.

Se habla de los robos cotidianos, que mataron a uno por un celular, que hoy no se puede andar tranquilo por la calle, que los pibes están re zarpados con tal de drogarse venden y hacen cualquier cosa; los robos a los bancos, violaciones, desaparición de chicos, etc, etc.

Entonces aparecen en reacción algunas medidas de gobierno que sólo echan más leña al fuego. La solución no son más policías en las calles, usted disculpe, pero muchos de los policías tienen más hambre que los chorros, ¿a quién pueden cuidar unos tipos que se sienten bastardeados y denigrados como personas por sus propios jefes y el mismo resto social por los que el poli tiene que jugársela por dos pesos? ¿Acaso esto ha traído siquiera alguna solución?

Hablan de invertir en los espacios públicos: iluminación, cuidado de los espacios verdes, presencia estatal en todo el ámbito de la ciudad y en nuevas herramientas tecnológicas ¿? Pero de la Justicia ni hablar, ¿no?

También he leído: “La fuerte inclusión que el estado nacional está llevando desde el piso de protección social y la asignación universal por hijo son abordajes también para esta problemática cuyos resultados se verán en el mediano plazo”. Si bien estas iniciativas son escasas en el mundo, usted discúlpeme de nuevo, pero tengo un hijo y me sale alrededor de $600 mantenerlo para que sobreviva y en aumento, sólo sus cosas, ni hablar del resto de la familia-hogar. No me alcanza para nada con los $180 de la asignación, sólo para los pañales. ¿Mediano plazo?, y mientras tanto, ¿que hacemo?, ¿que nos coman los piojos?

Y es que NADIE puede estar en paz realmente cobrando una miseria que no le alcanza para mantener a su familia, es una carga que te ahoga las esperanzas y te va generando odio y resentimiento aunque no quieras, porque es consecuencia de padecer la injusticia; es inevitable.

Los pocos que hoy tienen un trabajo fijo no saben si mañana lo van a seguir teniendo, los más humildes _la mayoría de los argentinos_ viven al día de changas, muchos otros generalmente en los barrios y villas, sin opciones quedan pegados a la droga y la cana los usa de pichis, depende del día los meten adentro o los usan para vender, y así están atados a un juego perverso en el que tienen todas las de perder; porque los mismos jueces a los que les “llegan” estas causas, son parte-cabecillas del negocio del narcotráfico ¿De qué lucha contra la inseguridad me hablan? ¡Hipócritas!

Todo este sistema de falsa democracia está diseñado para sostener y fomentar el tráfico de drogas, que es lo que mantiene a la economía mundial, y al cual TODOS los que participan de la misma están pegados; incluidos obviamente los que han podido “acumular” mucho dinero, quieran o no, les guste o no, es así.

Entonces, contemplando este panorama actual, desde el Gobierno del Rey Cristo Jesús, los invitamos por ahora a los “ricos” del llamado “sector formal de la economía”, que por medio del arrepentimiento, se incorporen en una verdadera unión nacional.

La solución para todos consiste en que los que acumularon y se guardaron lo que no es de ellos, serán perdonados en el acto por haber retenido el pan de sus hermanos, si entregan-devuelven las riquezas “que les sobran”. Decimos por ahora, porque después lo tendrán que hacer sí o sí, ya no será voluntario sino, ¡obligatorio!, y les va a doler mucho más.

Así se profundiza La Solución Económica que ya está en marcha y consiste en la circulación de una nueva moneda: El Peso de María.

Un billete que no tiene precio y que no genera intereses; es una medida de intercambio en donde el valor real lo tiene y lo da el hombre, su capacidad de trabajo y lo que produce. Poniendo precios fijos a los productos, distribuyéndolos, con autoabasteciendo primero a todos los habitantes de este suelo para luego exportar lo que nos sobre.*

* Leer más en: ¡Cuando los pobres vienen marchando! mateourielministrodeeconomia.blogspot.com; y en: Una “puntita” de la Nueva Justicia Social. Sólo el principio… simonsamarieljesus.blogspot.com

Y así entonces generemos todos unidos la multiplicación de los panes, y sean satisfechos millones de argentinos con hambre y sed de justicia; y a muchos más en el mundo si se enciende el corazón y el alma de nuestros hermanos contagiándolos de valentía para extender esta Justicia más amplia y perfecta.

Es que muchos de los “ricos”, experimentan un amor hacia ellos mismos deformado que se convierte en egoísmo, individualismo, vanidad, codicia, ambición, etc. De esta manera y con esta medida, reencausamos esta deformación del Amor poniéndolo al servicio de todos. Porque siendo sinceros, ¿quién necesita 3 mansiones; 5 autos, un helicóptero, canchas de tenis, de golf? ¡Es una exageración amigo!, se puede vivir feliz y dignamente con mucho menos, llenando ese vacío que la especulación no llena, pero en una común unidad que anda y donde nos dediquemos a que no haya ningún necesitado entre nosotros, tanto espiritual como materialmente hablando; otra cosa. El Amor es la única fuente de seguridad.

Sabemos que el exceso no llena a nadie, es más, generalmente los que más plata tienen, son los que más vacíos se sienten; tener “todo lo material” los lleva a un sin-sentido, a no llenarse ni conformarse con nada; si no lo creen pregúntenles a los europeos si no es así.

Les proponemos en realidad un descanso para su propia alma, reconciliarse con ustedes mismos, lo que les traerá Paz de verdad, porque la culpa que viven, conscientes o no, no los deja dormir tranquilos, ¿no? Existen, encerrados en countries vigilados y llenos de alarmas y de miedo, cual presos, ¡e igual los afanan! ¿Viven? Sí, pero con el culo en la mano temiendo perder todo lo que han acumulado, ¡vivir con miedo a perderlo todo es hermoso, ¿no?, seguro la pasás bomba!

La otra actitud, es que están tan jugados que ya no les importa nada, esa es la muerte en vida. Lo mismo ocurre en el otro extremo con los más desposeídos.

De esta manera también encausamos la bronca y el resentimiento de los que se sienten indignos porque les han arrebatado todo, los que no tienen nada, los marginados, los despreciados.

Así también sus almas descansarán en Paz, porque se sentirán amados y ya no olvidados.

¡A ellos les devolvemos la dignidad perdida!

Entonces les decimos ¡No hay condena! De esta forma, mediante el Perdón, el Amor se hace concreto, y así se produce y manifiesta la unicidad-unión: la verdadera Unión Nacional. ¿Les gusta?

Esta devolución de las riquezas-desprendimiento y renuncia, traerá dolor _para algunos más, para otros menos_ pero es el paso necesario-ineludible para morir a sus viejas costumbres y renacer desde el espíritu, quedándose con lo necesario para vivir dignamente como cualquier persona hija de Dios.

Por ejemplo los magnates que tienen miles de hectáreas en nuestro territorio y encima la guita que sacan se la llevan afuera, a guardarla o invertir en otra cosa. Es el caso de este señor ingles Joe Lewis, quien posee 14.000 hectáreas a 30 km del Bolsón _con lago incluido_ en las que no hay ni un camino público tanto para entrar como para salir, como denunciara el notero de CQC hace poco, Gonzalo Rodríguez; y así hay varios más. La familia Benetton es la mayor terrateniente de Argentina, con 900.000 hectáreas; Ted Turner (fundador de CNN) 45.000 hectáreas, sólo por nombrar algunos. Les proponemos que se incorporen si quieren a la unidad nacional, que devuelvan lo que es de todos, de lo contrario se tendrán que ir por donde vinieron con las manos vacías ¡Ustedes eligen!

Me preguntarán entonces ¿y cómo hacemos para que estos millonarios poderosos devuelvan lo que es nuestro?, ¿estás loco? Simple, la primer y mayor fuerza de Paz somos-la hacemos nosotros, el pueblo unido peleando y tirando para un mismo lado, contra eso NADIE puede, y comienza con una decisión personalísima e indelegable.

Empecemos por querernos y tratarnos como personas, reclamando y exigiendo lo que es nuestro por derecho y por deber, como hijos de Dios que somos todos.

Queremos vivir dignamente, ¡ahora ya mismo! Yo no aguanto más, no soporto más esta situación, ¿vos? Te dejo la inquietud.