A
Delia Liliana Reyes
A
mis hermanos del Colegio Apostólico Espíritu Santo
A
todo el pueblo argentino
y
a todos los pueblos del mundo
Con mucho Amor-Dolor y gran congoja, les comunico mi decisión-sentencia
de declarar por esta vía, disuelta la Consagración de nuestra unión con Liliana
Reyes, realizada en la ceremonia del 23 de septiembre de 2007.
Hace siete años comenzamos el desarrollo de la Doctrina partiendo del
Núcleo de la Política del Reino de los Cielos con la conformación de esta
pareja; y ahora así constatamos la ex-comunión de Liliana apóstata porque de
hecho, por su propia decisión: el abandono de la común-unidad es ex-comunión y
es apostasía, es decir, la contracara de la conversión. Es la
animosidad-aversión de aquel que creía y dejó de creerle a Dios.
Nos pesa que tengamos que vivir este momento tan grave, un momento que no
era necesario pasar.
Pero la libertad de Dios Padre es para todos, y Liliana hizo uso de
ella. Después de atravesar un desierto de dolor que cumplió como esposa infiel para su purificación; un desierto de
indecisión que varios más deberemos soportar. Pero no se apresuren a alegrarse
los descreídos y anti-teos, ni se abatan y desanimen los que aún perseveran,
porque esta decisión unilateral mía, es
liberación para Liliana.
En el marco de la aparente contradicción entre las Consagraciones y la
instituta del matrimonio, resolvimos dejar todas las Consagraciones sin
efecto en la pasada Semana Santa.
De esta forma la he soltado o dejado en la verdadera libertad para
decidir cómo continua su vida al recuperar su Ser y Dignidad original de mujer,
porque Necesitamos todos que el Núcleo de la Política del Reino de los Cielos
_la pareja varón-mujer_ salga desde el corazón de cada uno y no que llegue
desde lo exterior.
Este es el Núcleo del momento de la llegada de Joaquín porque
precisamente, ahora lo visible niega
este evento más que nunca. Es el momento histórico en que ocurre aquello
que describe la Escritura donde dice…y por haberse multiplicado la
maldad, el amor de muchos se enfriará. (Mateo 24, 9-14)
Pero… ¡No nacerá Joaquín de
otro vientre que no sea el de Liliana María Amitiel!
Ella lo sabe… va a parir a Joaquín
el Mesías, con dolor o sin dolor: es lo que debe decidir o elegir.
Porque si dice Sí, llega
Joaquín en la mayor entrega jamás imaginada por mente alguna, la de un corazón
destruido y aniquilado una y otra vez, por eso portadora de la más alta
dignidad, ser carne de la carne de Dios mismo en su heredero Joaquín Jesús, El Cristo Eterno; y si dice No, también viene Joaquín.
Porque es el rechazo más impune a la Gracia de este Servidor como nunca
nadie se ha atrevido, cuya única cura y
sanación es el nacimiento de Joaquín.
Liliana está en el comienzo de una enfermedad, un síndrome que hemos
verificado en esta década pasada, han padecido muchas hermanas y hermanos,
cuando por la acedia dejan de creer hasta llegar incluso a oponerse activamente
a esta Obra de Redención en los hechos, perdiendo en su proceder cotidiano las
características mínimas de humanidad, adhiriendo con infundado desprecio a la
mentira y a la cobardía, y traicionando-traicionándose básicamente a sí mismos
con soberbia y orgullo que los saca de quicio.
A este punto ha caído, pero sepan todos lo que ella misma ignora en este
momento de ceguera mental: es una valiente mujer que ha soportado por Amor,
una tribulación inhumana como nunca ninguna mujer jamás ha vivido, y menos en
este tramo de la historia mundial. ¡Aceptó
con su poca Fe y sin entender por más de cuatro años y tres meses el anuncio
público de un exclusivo embarazo: el de Joaquín Jesús!
Lo que recibió de este mundo muerto, sea de los más cercanos: familiares
y amigos-amigas y compañeras-compañeros, como del resto social, fue el martirio constante de la indiferencia,
el odio y el desamor, el escarnio y el ridículo.
Ante esta grandeza yo mismo, aferrado a su parte despreciada quiero darle
sin condiciones todo el Amor que ella necesita, el Amor que le debo a la esposa
despreciada; porque la Esposa es imagen de la Iglesia de Jesús, sea esposa
infiel o esposa despreciada: una gran mayoría de las mujeres.
Lili, mi alma de rodillas te pide
perdón porque no supe amarte más y más sosteniéndote, haciendo más liviano tu
santo sacrificio; es que sólo somos simples santos-pecadores.
No ignoro que di por ella y por su Amor, ¡todo!, que mi vida me la han robado a causa de Cristo y de esta Su Obra
cumbre; y a pesar que sufro tanto semejante desprecio como varón, Dios ha
dejado en mi corazón el Amor que te
quiere y te buscará. Ahora te
entrego mi vida, mi vida, mi vida te entrego yo con esta decisión.
El sacrificio en Roma de los Apóstoles _dispuestos a vivir el secreto más
guardado en nuestro corazón: entregar la vida por Nuestro Amigo y por todos los pueblos, todos los hijos de Dios_ es
mi promesa personal a Dios hace unos años a cambio de poder amar a Lili
completamente: ofreciendo mi muerte física para, estando cerca de ella, morir
en sus brazos. ¡Me van a asesinar en la
ciudad de Roma!, pero sepan que antes decidí también dar mi vida por la
mujer devastada por su unión con Satanás.
Es inaceptable para la frágil y enferma mentalidad actual, que personas
sencillas y comunes puedan ser santos-hacedores de la Voluntad Divina, en
especial, varones que hasta ahora juegan en la cotidianeidad de los
padecimientos de las gentes en el llano compartiendo los pesares y dolores. Que
cada uno de los Apóstoles y yo Pedro Segundo, sufra por una mujer como sufre
cualquiera por su amor, y aun así esté dispuesto a esperar las Promesas inconmensurables
que Dios nos hizo.
¡Pasa que sin la Resurrección, toda la Fe judeo-cristiana no tendría
sentido! En estos tiempos finales, ¡Todo
es muerte y Resurrección! Todo lo que sucede en el globo camina hacia la
extinción de la humanidad o hacia su Resurrección, como está escrito desde el
25 de marzo de 2011 en la Carta Fe Apostólica “Muerte y Resurrección”. Sobre
esta base apoyamos todo lo antedicho, pero sabemos que la propuesta de muerte y
Resurrección, no puede ni quiere conocerla, comprenderla ningún yo o ego, un yo
falso e impostor en la medida que es una deformación del verdadero yo: el
espíritu-corazón.
¡Terrible, aterradora, espantosa,
pavorosa y espeluznante paradoja enfrentamos! Sin embargo, no podemos
llamarnos cristianos sin aceptar lo que nos propuso el Salvador a todos los
creyentes de todos los tiempos a través de Nicodemo. Aquello que queremos
salvar debe primero morir sufriendo.
Más aún, si queremos ser Sus discípulos. Lo hizo Él primero en la Pasión:
su muerte en la Santa Cruz y Su Gloriosa Resurrección al tercer día. No hay en
verdad seguimiento de Jesucristo sin aceptar morir para Resucitar _aunque no
necesariamente por muerte física_ haciéndolo por un Amor más grande, ese Amor
que solamente es Fe, y no razones, motivos, sólo sentimientos y hasta
conveniencias.
Contemplemos la realidad completa de Liliana santa-pecadora más
profundamente, comprendámosla con entrañas de Misericordia. Primero cuando Lili
nació y años después, cuando se unió a Nos para hacerla Bienaventurada, era
menester comunicarle el Gozo de Dios mismo, uniéndola a Él.
Tal designio fue conocido en el
mundo de los espíritus. Los espíritus bienaventurados se alegraron y los espíritus
caídos experimentaron una envidia diabólica, y dijeron: Echemos a perder a esta
criatura, hagamos de manera que desobedezca y podremos estar seguros de que su
Creador no se unirá jamás a una criatura desobediente y rebelde. Y le hicieron
desobedecer y le echaron a perder y el Señor dijo: “Han arruinado a la más hermosa de mis criaturas, pero yo la
reconstruiré más hermosa aún que antes, para derrotarlos y confundirlos…”
Por eso el nacimiento de Joaquín depende exclusivamente de la Decisión
de Dios Padre.
Liliana-Eva Amitiel colmó el vaso de la iniquidad, de la impiedad, y con
ella su tibia estirpe, y al mismo tiempo tiene la decisión en sus manos, ahora
más que nunca. Cree poder sola ofreciéndole a Dios ritos y cultos que no valen
nada para satisfacer su moral. Liliana, madre de los pueblos es figura de la
Iglesia y tiene una bipolaridad en sus actitudes, que demuestra el combate
constante contra Satanás y sus aliados. No
puede vivir nunca más esa división que la hace estar mitad en el cielo y mitad
en el infierno conocido.
Liliana padece un fuerte orgullo, un mal espíritu familiar que se
transforma en un pánico a la verdad-su verdad. Es miedo puro de Satán a su
propia conversión; en ella es un círculo vicioso de culpa y miedo.
Es el daño herida de Satán en una
chica que fue violada-desprotegida por quienes tenían que cuidarla; me
refiero especialmente al maldito impío de Raúl Héctor Reyes, su único hermano.
Éste no es un apostata, sino al único miembro de la “Orden María del
Rosario de San Nicolás” que denunció como servidor de Satanás en el año 2006, el
primer Profeta Mayor en esta Obra: Juan Domingo Rodríguez.
El suicida de Raúl Reyes sostiene este daño en Liliana porque sostiene su
propia condena. El cree ya estar condenado y por esto sostiene su propia
enfermedad-apego perverso a su hermana Liliana.
Así es la muerte del cuerpo de Lili que obnubila su mirada, y su
esperanza cae...
El Padre nos ha hecho compartir Su Soledad, en el vacío en el corazón de
los Apóstoles Conductores.
Nos ha hecho vivir ese vacío que se agranda más y más; y sólo se llena
con el Corazón del Padre progresivamente con nuestras esposas _los que las
tienen_ con el despliegue de la Nueva Política y amando más y más hasta el
último de los hombres.
Hay una incapacidad individual congénita de la mujer, que es una
incapacidad de amar al punto que los varones de Dios, los hombres Cristo
necesitan.
Es la incapacidad de llenar ese
vacío: y en esto sintió María
Liliana que fracasaba conmigo.
Pero Ninguna mujer devastada puede llenar ese vacío.
Por eso, esta Obra se trata de la
Reivindicación de la Mujer, y esto es lo central del sacrificio en Roma de
los Apóstoles. Recomponer un entramado social y fortalecerlo, necesita de
hombres forjados en el Amor a la Iglesia-Esposa. La arquitectura del Reino de
los Cielos está fundada en los cimientos de la devastación de la mujer, porque el trabajo es mostrar su Dignidad.
Esto es lo que revierte la fragilidad del varón.
Hay una realidad inevitable de ver y apreciar que es la amalgama original
necesaria de Eva Amitiel-Satán después del Pecado Original, que María Amitiel
impregna de la Sabiduría para gestar a la Tercera Creación.
De aquí se desprenden todas las necesidades de las mujeres y de los
pueblos que hay que llenar y nunca menospreciar. Porque Satán lo único que
puede hacer siempre, es aumentar el vacío en el corazón. Es decir, aumentar
la necesidad de Dios en el corazón del hombre: varón o mujer.
Aquí está la raíz del acomodarse y sobrevivir en las ruinas de todas las
mujeres, adaptándose a la iniquidad y al desamor, movidas por un gusto perverso
por lo feo y lo malo.
Llegan a amar lo malo y lo feo por su capacidad de sufrir y de amar más,
y así se amoldan a la injusticia-caos; lo cual combinado con la progresiva
fragilidad del varón y su No-conducción
y No-decisión, ha generado la máxima
impotencia y el estado desastroso de la actual humanidad.
Se constituye así hoy una gran fuerza conservadora y de resistencia a
la Venida de Joaquín, y en consecuencia a la conversión de Satán en los
pueblos, ya que todavía aquel daño no ha sido reparado.
Después de la muerte y
Resurrección de Jesús esta tendencia se va al extremo del rechazo de la
primacía del varón-Cristo y hasta la contradicción-combate a su conducción.
A esto descendió Liliana al negarme; justamente ella quien fue la que descubría para todos, incluso a mí
mismo, quien soy yo en verdad desde el año 2006.
Lo que nos pasa y sucede, ante las reiteradas caídas y recaídas en las
incoherencias de la carne y la sangre caída, se llama desasosiego con respecto a toda la Obra: ¡A Joaquín, el Mesías!
Él es la Esperanza, el Poder, el Amor, y el desasosiego, es todo lo
contrario.
Caemos en la desazón, desaliento y frustración-acedia, y en ese
desasosiego: padecemos ansiedad, preocupación, malestar, zozobra, tribulación y
desvelo. Pero…
¡El triunfo del Inmaculado Corazón
de María ya es!
Por eso proclamo desde los tejados y a los cuatro vientos que creo en
María Liliana, ¡en su Resurrección!
Que se entregará a esta nueva estirpe de María en el Sí más grande de la
historia, el último.
En las chicas que persisten en su orgullo vanidoso de Co-creadoras, es el Inmaculado Corazón de María quien destruye
esos orgullitos cuando aparece María enamorada en muchas mujeres, ¡en millones!
En las mujeres enamoradas de Jesús
descanso y me gozo. Benditas sean.
Las otras y los otros sólo vivirán este infierno, los que así lo quieran
por su decisión en libertad.
Dado en San Nicolás de María, Argentina, el 22 de mayo de
2013