jueves, 23 de mayo de 2013

Carta circular de Pedro Segundo





A Delia Liliana Reyes
A mis hermanos del Colegio Apostólico Espíritu Santo
A todo el pueblo argentino
y a todos los pueblos del mundo

Con mucho Amor-Dolor y gran congoja, les comunico mi decisión-sentencia de declarar por esta vía, disuelta la Consagración de nuestra unión con Liliana Reyes, realizada en la ceremonia del 23 de septiembre de 2007. 
Hace siete años comenzamos el desarrollo de la Doctrina partiendo del Núcleo de la Política del Reino de los Cielos con la conformación de esta pareja; y ahora así constatamos la ex-comunión de Liliana apóstata porque de hecho, por su propia decisión: el abandono de la común-unidad es ex-comunión y es apostasía, es decir, la contracara de la conversión. Es la animosidad-aversión de aquel que creía y dejó de creerle a Dios.
Nos pesa que tengamos que vivir este momento tan grave, un momento que no era necesario pasar.
Pero la libertad de Dios Padre es para todos, y Liliana hizo uso de ella. Después de atravesar un desierto de dolor que cumplió como esposa infiel para su purificación; un desierto de indecisión que varios más deberemos soportar. Pero no se apresuren a alegrarse los descreídos y anti-teos, ni se abatan y desanimen los que aún perseveran, porque esta decisión unilateral mía, es liberación para Liliana.
En el marco de la aparente contradicción entre las Consagraciones y la instituta del matrimonio, resolvimos dejar todas las Consagraciones sin efecto en la pasada Semana Santa.
De esta forma la he soltado o dejado en la verdadera libertad para decidir cómo continua su vida al recuperar su Ser y Dignidad original de mujer, porque Necesitamos todos que el Núcleo de la Política del Reino de los Cielos _la pareja varón-mujer_ salga desde el corazón de cada uno y no que llegue desde lo exterior.
Este es el Núcleo del momento de la llegada de Joaquín porque precisamente, ahora lo visible niega este evento más que nunca. Es el momento histórico en que ocurre aquello que describe la Escritura donde dice…y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. (Mateo 24, 9-14)
Pero… ¡No nacerá Joaquín de otro vientre que no sea el de Liliana María Amitiel!
Ella lo sabe… va a parir a Joaquín el Mesías, con dolor o sin dolor: es lo que debe decidir o elegir.
Porque si dice Sí, llega Joaquín en la mayor entrega jamás imaginada por mente alguna, la de un corazón destruido y aniquilado una y otra vez, por eso portadora de la más alta dignidad, ser carne de la carne de Dios mismo en su heredero Joaquín Jesús, El Cristo Eterno; y si dice No, también viene Joaquín.
Porque es el rechazo más impune a la Gracia de este Servidor como nunca nadie se ha atrevido, cuya única cura y sanación es el nacimiento de Joaquín.
Liliana está en el comienzo de una enfermedad, un síndrome que hemos verificado en esta década pasada, han padecido muchas hermanas y hermanos, cuando por la acedia dejan de creer hasta llegar incluso a oponerse activamente a esta Obra de Redención en los hechos, perdiendo en su proceder cotidiano las características mínimas de humanidad, adhiriendo con infundado desprecio a la mentira y a la cobardía, y traicionando-traicionándose básicamente a sí mismos con soberbia y orgullo que los saca de quicio.
A este punto ha caído, pero sepan todos lo que ella misma ignora en este momento de ceguera mental: es una valiente mujer que ha soportado por Amor, una tribulación inhumana como nunca ninguna mujer jamás ha vivido, y menos en este tramo de la historia mundial. ¡Aceptó con su poca Fe y sin entender por más de cuatro años y tres meses el anuncio público de un exclusivo embarazo: el de Joaquín Jesús!
Lo que recibió de este mundo muerto, sea de los más cercanos: familiares y amigos-amigas y compañeras-compañeros, como del resto social, fue el martirio constante de la indiferencia, el odio y el desamor, el escarnio y el ridículo.
Ante esta grandeza yo mismo, aferrado a su parte despreciada quiero darle sin condiciones todo el Amor que ella necesita, el Amor que le debo a la esposa despreciada; porque la Esposa es imagen de la Iglesia de Jesús, sea esposa infiel o esposa despreciada: una gran mayoría de las mujeres.

Lili, mi alma de rodillas te pide perdón porque no supe amarte más y más sosteniéndote, haciendo más liviano tu santo sacrificio; es que sólo somos simples santos-pecadores.
No ignoro que di por ella y por su Amor, ¡todo!, que mi vida me la han robado a causa de Cristo y de esta Su Obra cumbre; y a pesar que sufro tanto semejante desprecio como varón, Dios ha dejado en mi corazón el Amor que te quiere y te buscará. Ahora te entrego mi vida, mi vida, mi vida te entrego yo con esta decisión.
El sacrificio en Roma de los Apóstoles _dispuestos a vivir el secreto más guardado en nuestro corazón: entregar la vida por Nuestro Amigo y por todos los pueblos, todos los hijos de Dios_ es mi promesa personal a Dios hace unos años a cambio de poder amar a Lili completamente: ofreciendo mi muerte física para, estando cerca de ella, morir en sus brazos. ¡Me van a asesinar en la ciudad de Roma!, pero sepan que antes decidí también dar mi vida por la mujer devastada por su unión con Satanás.
Es inaceptable para la frágil y enferma mentalidad actual, que personas sencillas y comunes puedan ser santos-hacedores de la Voluntad Divina, en especial, varones que hasta ahora juegan en la cotidianeidad de los padecimientos de las gentes en el llano compartiendo los pesares y dolores. Que cada uno de los Apóstoles y yo Pedro Segundo, sufra por una mujer como sufre cualquiera por su amor, y aun así esté dispuesto a esperar las Promesas inconmensurables que Dios nos hizo.
¡Pasa que sin la Resurrección, toda la Fe judeo-cristiana no tendría sentido! En estos tiempos finales, ¡Todo es muerte y Resurrección! Todo lo que sucede en el globo camina hacia la extinción de la humanidad o hacia su Resurrección, como está escrito desde el 25 de marzo de 2011 en la Carta Fe Apostólica “Muerte y Resurrección”. Sobre esta base apoyamos todo lo antedicho, pero sabemos que la propuesta de muerte y Resurrección, no puede ni quiere conocerla, comprenderla ningún yo o ego, un yo falso e impostor en la medida que es una deformación del verdadero yo: el espíritu-corazón.
¡Terrible, aterradora, espantosa, pavorosa y espeluznante paradoja enfrentamos! Sin embargo, no podemos llamarnos cristianos sin aceptar lo que nos propuso el Salvador a todos los creyentes de todos los tiempos a través de Nicodemo. Aquello que queremos salvar debe primero morir sufriendo.
Más aún, si queremos ser Sus discípulos. Lo hizo Él primero en la Pasión: su muerte en la Santa Cruz y Su Gloriosa Resurrección al tercer día. No hay en verdad seguimiento de Jesucristo sin aceptar morir para Resucitar _aunque no necesariamente por muerte física_ haciéndolo por un Amor más grande, ese Amor que solamente es Fe, y no razones, motivos, sólo sentimientos y hasta conveniencias.
Contemplemos la realidad completa de Liliana santa-pecadora más profundamente, comprendámosla con entrañas de Misericordia. Primero cuando Lili nació y años después, cuando se unió a Nos para hacerla Bienaventurada, era menester comunicarle el Gozo de Dios mismo, uniéndola a Él.
Tal designio fue conocido en el mundo de los espíritus. Los espíritus bienaventurados se alegraron y los espíritus caídos experimentaron una envidia diabólica, y dijeron: Echemos a perder a esta criatura, hagamos de manera que desobedezca y podremos estar seguros de que su Creador no se unirá jamás a una criatura desobediente y rebelde. Y le hicieron desobedecer y le echaron a perder y el Señor dijo: “Han arruinado a la más hermosa de mis criaturas, pero yo la reconstruiré más hermosa aún que antes, para derrotarlos y confundirlos…”
Por eso el nacimiento de Joaquín depende exclusivamente de la Decisión de Dios Padre.
Liliana-Eva Amitiel colmó el vaso de la iniquidad, de la impiedad, y con ella su tibia estirpe, y al mismo tiempo tiene la decisión en sus manos, ahora más que nunca. Cree poder sola ofreciéndole a Dios ritos y cultos que no valen nada para satisfacer su moral. Liliana, madre de los pueblos es figura de la Iglesia y tiene una bipolaridad en sus actitudes, que demuestra el combate constante contra Satanás y sus aliados. No puede vivir nunca más esa división que la hace estar mitad en el cielo y mitad en el infierno conocido.
Liliana padece un fuerte orgullo, un mal espíritu familiar que se transforma en un pánico a la verdad-su verdad. Es miedo puro de Satán a su propia conversión; en ella es un círculo vicioso de culpa y miedo.
Es el daño herida de Satán en una chica que fue violada-desprotegida por quienes tenían que cuidarla; me refiero especialmente al maldito impío de Raúl Héctor Reyes, su único hermano.
Éste no es un apostata, sino al único miembro de la “Orden María del Rosario de San Nicolás” que denunció como servidor de Satanás en el año 2006, el primer Profeta Mayor en esta Obra: Juan Domingo Rodríguez.
El suicida de Raúl Reyes sostiene este daño en Liliana porque sostiene su propia condena. El cree ya estar condenado y por esto sostiene su propia enfermedad-apego perverso a su hermana Liliana.
Así es la muerte del cuerpo de Lili que obnubila su mirada, y su esperanza cae...
El Padre nos ha hecho compartir Su Soledad, en el vacío en el corazón de los Apóstoles Conductores.
Nos ha hecho vivir ese vacío que se agranda más y más; y sólo se llena con el Corazón del Padre progresivamente con nuestras esposas _los que las tienen_ con el despliegue de la Nueva Política y amando más y más hasta el último de los hombres.
Hay una incapacidad individual congénita de la mujer, que es una incapacidad de amar al punto que los varones de Dios, los hombres Cristo necesitan.
Es la incapacidad de llenar ese vacío: y en esto sintió María Liliana que fracasaba conmigo.
Pero Ninguna mujer devastada puede llenar ese vacío.
Por eso, esta Obra se trata de la Reivindicación de la Mujer, y esto es lo central del sacrificio en Roma de los Apóstoles. Recomponer un entramado social y fortalecerlo, necesita de hombres forjados en el Amor a la Iglesia-Esposa. La arquitectura del Reino de los Cielos está fundada en los cimientos de la devastación de la mujer, porque el trabajo es mostrar su Dignidad. Esto es lo que revierte la fragilidad del varón.
Hay una realidad inevitable de ver y apreciar que es la amalgama original necesaria de Eva Amitiel-Satán después del Pecado Original, que María Amitiel impregna de la Sabiduría para gestar a la Tercera Creación.
De aquí se desprenden todas las necesidades de las mujeres y de los pueblos que hay que llenar y nunca menospreciar. Porque Satán lo único que puede hacer siempre, es aumentar el vacío en el corazón. Es decir, aumentar la necesidad de Dios en el corazón del hombre: varón o mujer.
Aquí está la raíz del acomodarse y sobrevivir en las ruinas de todas las mujeres, adaptándose a la iniquidad y al desamor, movidas por un gusto perverso por lo feo y lo malo.
Llegan a amar lo malo y lo feo por su capacidad de sufrir y de amar más, y así se amoldan a la injusticia-caos; lo cual combinado con la progresiva fragilidad del varón y su No-conducción y No-decisión, ha generado la máxima impotencia y el estado desastroso de la actual humanidad.
Se constituye así hoy una gran fuerza conservadora y de resistencia a la Venida de Joaquín, y en consecuencia a la conversión de Satán en los pueblos, ya que todavía aquel daño no ha sido reparado.
Después de la muerte y Resurrección de Jesús esta tendencia se va al extremo del rechazo de la primacía del varón-Cristo y hasta la contradicción-combate a su conducción.
A esto descendió Liliana al negarme; justamente ella quien fue la que descubría para todos, incluso a mí mismo, quien soy yo en verdad desde el año 2006.
Lo que nos pasa y sucede, ante las reiteradas caídas y recaídas en las incoherencias de la carne y la sangre caída, se llama desasosiego con respecto a toda la Obra: ¡A Joaquín, el Mesías!
Él es la Esperanza, el Poder, el Amor, y el desasosiego, es todo lo contrario.
Caemos en la desazón, desaliento y frustración-acedia, y en ese desasosiego: padecemos ansiedad, preocupación, malestar, zozobra, tribulación y desvelo. Pero…
¡El triunfo del Inmaculado Corazón de María ya es!
Por eso proclamo desde los tejados y a los cuatro vientos que creo en María Liliana, ¡en su Resurrección!
Que se entregará a esta nueva estirpe de María en el Sí más grande de la historia, el último.
En las chicas que persisten en su orgullo vanidoso de Co-creadoras, es el Inmaculado Corazón de María quien destruye esos orgullitos cuando aparece María enamorada en muchas mujeres, ¡en millones!
En las mujeres enamoradas de Jesús descanso y me gozo. Benditas sean.
Las otras y los otros sólo vivirán este infierno, los que así lo quieran por su decisión en libertad.

Dado en San Nicolás de María, Argentina, el 22 de mayo de 2013

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